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¿Está mi empresa preparada para exportar? ¿Tengo un buen producto o servicio para el mercado internacional? ¿Dispongo de suficientes recursos? Muchas empresas se encuentran ante estas mismas preguntas cuando quieren comenzar a exportar. Esta importante decisión debe estar sustentada por un análisis y estudio previo, no sólo de la propia empresa sino del mercado y los consumidores para que el proceso sea lo más eficaz y productivo posible.Diagnosis de internacionalización

Para dar respuesta a estas cuestiones se realiza el análisis denominado como: diagnosis del potencial internacional o de internacionalización. Se trata de un trabajo específico inicial que sirve para poner en marcha un diagnóstico que nos permita conocer la viabilidad de la internacionalización de la empresa y las estrategias necesarias para ello. Este tipo de estudio está especialmente indicado para aquellas empresas que quieran a exportar por primera vez y/o que no dispongan de un plan estructurado de internacionalización.

Esta diagnosis es conveniente que la realice una persona externa a la empresa como un consultor o un asesor, para que su objetividad no influya en el análisis y gracias a su experiencia previa en análisis de modelos de negocio y en definición de planes internacionales. Con el objetivo de que se constituya como un estudio completo e íntegro, es necesario profundizar en el análisis de las siguientes fases:

  • Análisis de la empresa. Es importante definir la evolución de la propia empresa para conocer cuál es el punto de partida y a qué situación nos tenemos que enfrentar.
  • Análisis del producto o servicio. No basta con conocer las especificaciones técnicas del producto o las características del servicio, sino que hay que saber qué necesidades cubre, a quién va dirigido, cómo puedo hacer que llegue a mi público objetivo y, sobre todo, si está adaptado a los mercados internacionales.
  • Análisis de las capacidades y los recursos. En todo proceso productivo es necesario conocer la capacidad productiva de la propia empresa y dónde y cómo va a utilizar sus recursos tanto humanos como materiales. Puesto que un proceso de estas características requiere una reestructuración de personal y recursos.
  • Análisis del entorno. Un estudio del sector nos va a dar un primer boceto sobre quiénes son nuestra competencia y cuáles van a ser mis clientes. También va a proporcionar información acerca de los canales de comercialización disponibles.
  • Estudio DAFO. Nos va a mostrar cuáles van a ser las estrategias comerciales a desarrollar según lo estudiado anteriormente así como la actitud que la empresa debe tomar con respecto al mercado y a su competencia.
  • Ventajas competitivas. Ser diferentes en algo puede ser una ventaja que nos impulse hacia más ventas dentro del mercado si se sabe gestionar de manera adecuada esta diferenciación. Por ello, hemos de identificar cuál es nuestra ventaja competitiva y potenciarla.

Tras llevar a cabo esta diagnosis, se valora si la empresa está preparada para entrar en los mercados internacionales y se define cómo debe estructurar su modelo de negocio para que la internacionalización sea sostenible y eficaz en el tiempo.