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Los avances científicos y tecnológicos, internet, la digitalización de los procesos industriales…todo vaticina que vamos a presenciar una cuarta revolución industrial. Los economistas prevén que estamos al borde de una gran revolución que cambiará el modo de trabajar y de estructurar la empresa, con independencia de su tamaño.

Actualmente, las primeras consecuencias de la digitalización están afectando positivamente a las empresas. Desde el punto de vista cuantitativo, el ahorro de los costes hace aumentar los ingresos procedentes de la personalización del servicio al cliente. En el aspecto cualitativo, los beneficios están relacionados con la satisfacción de clientes (trato personalizado) y la mejora del prestigio y de la reputación de la organización.

Todo lo anterior permite a la empresa ser más competitiva y flexible en sus procesos y poder aportar lo que necesita el cliente. Este avance hará que las empresas no sólo aumenten y consoliden su negocio en el mercado nacional, sino también dirigirse a nuevos mercados de una manera más optimizada y eficiente. La Asociación de Empresas de electrónica y tecnologías de la información (AMETIC) defiende que “en esta revolución digital se encuentra la clave de nuestra prosperidad a corto y medio plazo, con una gran aportación de riqueza del país y a la generación de puestos de trabajo”.

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La cuarta revolución industrial es la convergencia de industrias innovadoras como la biológica, la física, la tecnológica, la química y la digital. La genética y las neurotecnologías, junto con el uso de internet de las cosas, serán claves para el desarrollo de una industria inteligente. “La cuarta revolución industrial, no se define por un conjunto de tecnologías emergentes en sí mismas, sino por la transición hacia nuevos sistemas que están construidos sobre la infraestructura de la revolución industrial” comenta Schwab, director ejecutivo del Foro Económico Mundial (WEF), el cual apoya este cambio radical industrial y empresarial.

La industria digital o 4.0 tendrá grandes beneficios para el sector, algunos de los cuales serán:

  • Reducción de costes: la digitalización de una industria conlleva una inversión alta inicial, sin embargo, amortizable con el ahorro de costes y aumento de optimización y flexibilidad de procesos, reduciendo así el coste final por producto.
  • Mejora de maquinaria: los avances tecnológicos y la digitalización harán que las máquinas sean más sofisticadas y estén conectadas entre sí, permitiendo también el envío e intercomunicación de datos en tiempo real.
  • Mejora de productividad y de solución de incidencias: gracias a la comunicación y automatización de los procesos, la producción se hará más productiva permitiendo atender las incidencias mucho más rápido e incluso anticiparlas gracias a la comunicación proactiva de datos.
  • Aumento de la economía global

Los empresarios se muestran optimistas frente a este nuevo reto (datos del Barómetro Global de Innovación 2016, GE):

  • El 70% de los ejecutivos tiene expectativas positivas
  • El 85% cree que las innovaciones de los sistemas serán beneficiosas
  • El 65% está dispuesto a asumir los riesgos de innovar
  • El 17% teme por el impacto negativo en los trabajadores

pexels-photo-459728Esta revolución hace que las empresas tengan que tomar medidas para plantearse nuevas fórmulas de organización empresarial si quieren sobrevivir a estos cambios. Tal y como dijo Begoña Cristeto, secretaria general de Industria y Pyme en el Foro La transformación digital: la oportunidad para la industria española “el futuro de la industria será digital o no será”. Por ello, el gobierno está impulsando programas destinados a que las empresas inviertan en innovación e investigación fomentando así la transformación digital de la Industria 4.0.