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TecnoCampus inicia la primera edición del programa Go Global, destinado a las empresas que quieren apostar por el extranjero, con la participación de Javier Monge, director de Practical Team como consultor especializado en expansión, crecimiento e internacionalización empresarial.

La internacionalización implica crecimiento, lo cual es atrayente, pero también requiere un esfuerzo extraordinario por parte de las empresas. Es uno de los mensajes del programa Go Global del TecnoCampus, que pretende acompañar a pymes y start-ups en el proceso de internacionalización. Tiene una duración de diez meses e incluye 50 horas de consultoría.

“A nivel nacional tenemos un techo, en un mercado marcado por la inestabilidad. Es por eso que, para compensarlo, queremos abrirnos puertas en el extranjero y potenciar la internacionalización, empezando por Francia y Alemania”, explica Carme Fernández, gerente de Aghada, una empresa que se dedica al diseño y la fabricación de piezas de ropa para mujer y que participa en el programa.

“Es una oportunidad inexcusable para mejorar las exportaciones y el despliegue de nuestra tecnología en otros mercados”, afirma Mara Gómez, socia y directora de Proyectos Gestión Conocimiento, otra de las empresas participantes. La compañía, especializada en el desarrollo y la implantación de sistemas propios de inteligencia empresarial, ya tiene socios en Chile, Colombia y México y ahora quiere “incrementar las exportaciones, mejorando la notoriedad de la marca Atlas SBI”.

Son dos ejemplos de empresas que han decidido apostar por la internacionalización y que reciben el asesoramiento de la red de consultores de la primera edición de Go Global, que tiene la voluntad de ser un programa a medida, adaptado a las necesidades de las compañías.

GoGlobal Tecnocampus

Foto: La Vanguardia

Las claves de la internacionalización

Después de haber analizado las capacidades, potencialidades y riesgos de cada empresa, los consultores del programa destacan la importancia de determinar qué tiempo se puede dedicar por parte del primer nivel de dirección y de las personas directamente implicadas en la internacionalización. Javier Monge, consultor en expansión, crecimiento e internacionalización, recomienda destinarle un mínimo de una cuarta parte del tiempo total de estas personas. “Hay que organizarse para tener tiempo. Si no lo hay, aunque tengamos el dinero necesario, la internacionalización no funcionará”. Coincide con él la consultora de Barcelona Export Isabel García, quien, además, señala la necesidad de tener una “mentalidad abierta”, dejando atrás la “resistencia al cambio”. También ayuda mucho rodearse de personas que tengan conocimiento y experiencia en procesos de internacionalización, afirma Monge.

Según García, es clave marcarse una estrategia y un objetivo, siempre teniendo en cuenta que “hay que tener un producto de calidad y diferenciado y que hay que adaptarlo al mercado y al país a los cuales te diriges”. Destaca también la importancia de la comercialización. “Hay empresas que conocen muy bien su producto, pero que les hace falta saber venderlo”, explica. “La exportación es exigente”, pero también significa “crecer”, “generas oportunidades de negocio”, añade García. Principalmente porque se diversifica, reduciendo la dependencia de un único mercado.

Tener éxito no es fácil y es por eso que Monge avisa de las posibles causas de los fracasos de los proyectos de internacionalización. “La mayoría de negocios que fracasan lo hacen por dos razones. La primera, porque muchos planes de internacionalización sencillamente no se implementan. La segunda se produce porque se implementan mal las pequeñas cosas”, concluye. De ahí la importancia de cuidar hasta el mínimo detalle.

Fuente: La Vanguardia