A la hora de internacionalizarse, una empresa debe plantearse unas pautas clave y realizar unos pasos de definición y análisis previos para realizar una prospección del mercado ordenada, que le permita mejorar su desarrollo de negocio.
La fase de prospección es clave para analizar el mercado y los canales de entrada más idóneos al país, permitiendo a la empresa definir un plan de actuación adaptado al mercado y al tipo de target y demanda identificados. De este modo, los recursos y esfuerzos se focalizan en aquellos canales y estrategias más efectivas y orientadas a resultados.
Para realizar una buena fase de prospección se ha de trabajar los siguientes conceptos:
- SITUACIÓN ACTUAL: es imprescindible, cada vez que se quiera abrir un nuevo mercado, realizar un autodiagnóstico de la empresa analizando capacidades y recursos para afrontar cada nuevo país. También, se debe analizar los clientes actuales de la empresa en su mercado nacional para identificar si ya tienen presencia (directa o indirecta) en el mercado que se quiere trabajar. De este modo, se dispone de un canal de entrada más rápido a analizar.
- DEFINICIÓN DE PRODUCTO: analizando cuál es el producto o servicio que se quiere comercializar en el nuevo mercado y si está correctamente adaptado (en contenido y forma) a la demanda y barreras (normativas, certificaciones…) del país
- DEFINICIÓN DE PRECIO: se debe definir el precio y los márgenes comerciales que se aplican a producto y al canal, para analizar el beneficio estimado del producto. Por otro lado, también se debe estudiar el precio de compra del mercado y sí el target está preparado y dispuesto a pagar lo que vale el producto.
- TARGET: se debe segmentar y priorizar el perfil de público objetivo, para adaptar la estrategia y el producto a sus intereses y poder realizar acciones de comunicación y marketing segmentadas y correctamente enfocadas.
- PRESCRIPTORES Y REFERENTES: cuando vamos a un nuevo mercado, es casi como si empezáramos de cero. Por ello, para acelerar el proceso, entender mejor el mercado y ganar la confianza y cercanía de nuestros potenciales clientes, debemos tener presentes a los principales prescriptores y referentes del sector, a los que deberemos dar a conocer la empresa y productos / servicios.
- COMPETENCIA: igual que en el mercado natural, en mercados internacionales se debe analizar quiénes son los principales competidores, cuál es su modelo de negocio y su posicionamiento ante el mercado.
- DEFINICIÓN DE LOS CANALES: con todo lo anterior, es posible realizar una primera definición de los canales de comercialización y promoción a priorizar. Estos dependerán del tipo de mercado, sector y de las capacidades de la empresa. El canal de venta puede ser directo o a través de terceros, y online, offline o ambos.
- PLAN DE COMUNICACIÓN: se debe trabajar en disponer de un plan de comunicación y promoción para cada mercado y para cada tipo de cliente: cliente final (target) y canal. De manera que se dé a conocer la marca en el país y el canal pueda disponer de herramientas y una imagen de marca trabajada y consolidada para potenciar la comercialización y promoción.
Una vez analizado y definido todo lo anterior, es hora de comenzar a prospectar el mercado, identificando a los principales prescriptores, clientes y competidores del país y realizar una primera fase de desarrollo de negocio. En ésta, se ha de comercializar y promocionar el producto o servicio pero también, recabar información sobre el país y los diferentes perfiles para adaptar la estrategia, plan o producto. Para tomar decisiones es importante disponer de información cualificada.
Por último, es importante realizar de manera periódica una revisión de los objetivos e indicadores de resultados, para ir adaptando el plan de acción.